Australia y Asia
Discurso de la Embajadora Patricia Holmes
Seminario "Australia en el siglo de Asia"
Realizado el 12 de noviembre de 2013 en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales
Antes de comenzar, quisiera expresar mi solidaridad, y la del Gobierno y pueblo de Australia, con los cientos de miles de víctimas de la catástrofe climática que ha asolado Filipinas.
Quiero agradecer al CARI, y en particular a los embajadores De la Torre y Sadous, por la valiosa iniciativa de organizar este seminario. También quiero dar las gracias a los distinguidos panelistas que nos acompañan, y a todos ustedes por venir.
Para comenzar quizás con una obviedad, Asia es importante para Australia. Es importante a nivel económico, importante para nuestra seguridad e importante a nivel cultural. China, Japón y Corea, en conjunto, reciben alrededor del 56 por ciento de nuestras exportaciones. China es el segundo país de origen de inmigrantes a Australia, después de Nueva Zelandia, e India es el cuarto, seguido de Filipinas. En Australia, en una población total de 23 millones, hay unos dos millones de personas nacidas en Asia. Y entre dos y tres millones de australianos por año visitan Asia. El segundo idioma más hablado en Australia es el chino mandarín.
Nadie en Australia duda de la importancia de Asia. La pregunta para nosotros es: “¿cómo debemos manejar esta relación, cómo debemos manejar el ascenso de Asia, y en particular de China?” A nivel geográfico, somos parte de la región del Asia-Pacífico. Pero nuestra historia es diferente, y nuestros orígenes culturales son diferentes. Si bien esto ha cambiado mucho –Australia es hoy una sociedad muy multicultural– seremos parte de la región del Asia-Pacífico, pero no somos asiáticos.
El Informe del anterior gobierno australiano, “Australia en el Siglo de Asia” fue una clara manifestación de la prioridad que asigna Australia a nuestras relaciones en Asia. Fue un estudio detallado tanto de temas como de países, con el objetivo de profundizar más en las perspectivas y desafíos que el ascenso de Asia representa para Australia. Los temas clave incluyen: cómo Australia puede interactuar económicamente con la región; cómo podemos garantizar nuestra seguridad ante un Asia cambiante; y cómo podemos afianzar y ampliar nuestras relaciones, tanto las relaciones institucionales como las personales.
El Informe incluyó estrategias país para China, India, Indonesia, Japón y Corea. Las estrategias país, y el Informe mismo, fueron elaborados por medio de amplias consultas en todo el país, con empresas, grupos comunitarios, sindicatos y académicos. No sólo los políticos y los think-tanks reflexionan sobre nuestro futuro con Asia: los australianos comunes también.
El Informe llegó a la conclusión que los australianos debíamos actuar en cinco áreas clave a fin de alcanzar el éxito en el siglo de Asia.
En primer lugar, debemos aprovechar rubros en que ya tenemos un buen desempeño, para incrementar nuestra ventaja comparativa. Aquí el foco está puesto en capacidades y educación, innovación, infraestructura, reforma tributaria y reforma regulatoria.
En segundo lugar, como nación debemos hacer aún más para desarrollar las capacidades que ayudarán a Australia a alcanzar el éxito. Esto significa invertir en nuestra gente por medio de capacitación y educación, para impulsar la productividad de Australia y garantizar que todos los australianos puedan participar y aportar. Las capacidades particularmente importantes incluyen las habilidades laborales específicas y la excelencia científica y técnica. Como nación, debemos también ensanchar y profundizar nuestra comprensión de las culturas y lenguas asiáticas, para estar más “alfabetizados” respecto de Asia.
En tercer lugar, el éxito comercial de Australia en la región exige que las empresas australianas muy innovadoras y competitivas desarrollen relaciones de colaboración con otras en la región.
En cuarto lugar, el futuro de Australia está irreversiblemente ligado a la estabilidad y la seguridad sustentable de la región. Australia tiene mucho para ofrecer a través de la cooperación con otras naciones para apoyar la seguridad regional.
En quinto lugar, debemos reforzar las relaciones de Australia en toda la región y a todo nivel. Estos lazos son tanto políticos y económicos como sociales y culturales. La mejora de los vínculos de persona a persona puede generar grandes ganancias económicas y sociales.
Australia tuvo elecciones el 7 de septiembre de este año, y nuestro nuevo gobierno ha confirmado la importancia de Asia para nosotros. El nuevo Gobierno australiano, y la nueva Canciller Julie Bishop, han dicho que utilizarán este Informe en las áreas en que consideren que resulta útil y refleja sus propias prioridades políticas.
La educación es una de esas prioridades, y el Gobierno ha anunciado un “Nuevo Plan Colombo”, que brinda a estudiantes australianos de grado la oportunidad de estudiar en una universidad de nuestra región y realizar una pasantía en una empresa del país anfitrión. El Plan Colombo original fue lanzado por el Gobierno del Primer Ministro Menzies en Australia, y en el transcurso de 30 años, por este plan, unos 40 mil jóvenes de la región vinieron a Australia a vivir y estudiar. Y nosotros vemos la inversión en educación como un intercambio en ambas direcciones: brindamos becas para que vengan estudiantes a Australia y queremos ver a australianos estudiando en nuestra región. El Gobierno también tiene mucho interés en concentrar nuestras becas de ayuda al desarrollo en las mujeres jóvenes. Una niña educada es una niña que cuenta con las herramientas para cambiar no sólo su comunidad, sino el mundo.
Actualmente hay unos 600 mil estudiantes del exterior en Australia, 120 mil de ellos de China. Pero Australia no sólo trae estudiantes asiáticos a Australia: nuestras universidades están yendo a Asia. En 2012, doce universidades australianas ya tenían campus en Asia, educando a casi 28 mil estudiantes al año.
Otro aspecto importante de nuestra interacción con Asia es nuestro programa de cooperación para el desarrollo, y el Gobierno ha tomado una serie de decisiones significativas sobre nuestro programa de ayuda desde su llegada al poder. Nuestro organismo de ayuda ha sido fusionado con la Cancillería. Seguiremos brindando ayuda por valor de alrededor de 5 mil millones de dólares australianos al año, y la cifra va en aumento. Con este nivel de ayuda, es probable que Australia sea el octavo donante del mundo, teniendo en cuenta que somos la economía número 12 ó 13. El eje principal de nuestro programa de ayuda seguirá estando en nuestra región: el Asia-Pacífico y el Océano Índico. Esto es por dos razones clave. En primer lugar, como nación fuerte y próspera, tenemos la responsabilidad de hacer nuestro aporte para garantizar la paz y la prosperidad de nuestra región; y en segundo lugar, porque sirve nuestro interés nacional apoyar un mayor crecimiento y una mayor equidad en nuestra región, en nuestros países vecinos.
El Gobierno también ha concentrado su atención en la importancia del desarrollo económico para la reducción de la pobreza, con empleos y economías en crecimiento que brinden apoyo a comunidades sustentables. Indonesia rebajó sus barreras comerciales y se abrió a la economía mundial en los años 80 y 90, y ha cosechado los beneficios. Entre 1990 y 2011, la cantidad de personas que viven en la pobreza en Indonesia se ha reducido a la mitad.
También estamos muy centrados en seguir abriendo mercados en Asia. Australia ya tiene Acuerdos de Libre Comercio con Tailandia, Singapur, Malasia, y con los países de ASEAN conjunto con Nueva Zelanda. El Ministro de Comercio Andrew Robb quiere concluir negociaciones para Acuerdos de Libre Comercio con Corea, Japón y China. Australia también está participando en las negociaciones para una Amplia Asociación Económica Regional, que incluyen a 9 de los 12 principales socios comerciales de Australia, China entre ellos. Además, estamos trabajando para completar, esperamos que para fin de este año, el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica, que vincula a países del Asia-Pacífico con Chile, Perú y México. Trabajamos también en organizaciones como APEC para mejorar las condiciones comerciales y regulatorias dentro de la región.
Pero la gran pregunta, cuando cualquiera en Australia toca el tema de nuestra relación con Asia, siempre es China. Como dijo Napoleón, señalando China en un mapa, “aquí duerme un gigante: dejémoslo dormir, pues cuando despierte conmoverá al mundo”. Evidentemente lo habrá dicho en francés, y no tenemos la grabación, pero es una gran cita. No hay duda de que China ha despertado, y para Australia, la conmoción que ha resultado ha sido casi exclusivamente beneficiosa. También ha sido provechosa para la población de China. El ascenso de China debe ser, y será, abrazado: sirve el interés de todas las naciones que China se convierta, aún más que como lo ha hecho hasta hoy, en un participante mundial comprometido y una fuerza positiva a favor del bien.
Sin embargo, quedan interrogantes respecto del impacto que tendrá el ascenso y creciente poderío de China en la seguridad de la región, y por cierto del mundo entero. ¿Qué clase de potencia será China en veinte o treinta años? ¿Cómo evolucionarán su sociedad, su economía, su sistema político? El conflicto creciente que hemos visto en el Mar de la China Meridional sin duda es preocupante para Australia.
Es fácil constatar el avance de China en términos económicos, y si bien hay cierto debate acerca del ritmo que tendrá el crecimiento de China en la próxima década y más allá, creemos que la perspectiva más probable es que habrá un crecimiento sostenido, aunque quizás no con las tasas astronómicas que hemos visto, las cuales, dirían muchos, de cualquier manera no eran sustentables. También queremos que China ocupe cada vez más su lugar en el mundo.
Pero Asia no es sólo China, y parte de la estrategia de interacción de Australia es ampliar nuestras relaciones en toda la región. Indonesia es un socio fundamental, por su proximidad geográfica y también su población (245 millones) y proyección económica. India está tan poblada como China y, con nuestros tradicionales lazos deportivos –el cricket– y la importancia del idioma inglés en la India, es un socio natural para nosotros. Por cierto, después de China, India es el segundo país de origen de estudiantes del exterior en Australia. Tenemos también una relación de muchos años y muy fuerte con Japón.
Permítanme terminar con algunas palabras sobre por qué todo esto debería resultarle pertinente a la Argentina. Bueno, desde mi punto de vista, si bien Argentina está mucho más lejos de Asia que Australia, nuestras relaciones de comercio e inversiones tienen el potencial de ser marcadamente similares. Ambos ya estamos, o podríamos estar, produciendo competitivamente lo que Asia necesita y demandará cada vez más: productos agropecuarios, recursos mineros y energía. Ambos enfrentamos muchos de los mismos problemas: variaciones de precios de recursos, agua, cambio climático y la mejora y el uso de las nuevas tecnologías. Nuestro desafío será hacer frente de manera eficaz a estos desafíos, y aprovechar al máximo el ascenso de Asia, para bien de todos nuestros compatriotas.
Muchas gracias.